Sal 68, 14 y 17. 30-31. 33-34. 36ab y 37
R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Mi oración se dirige a ti,
Señor, el día de tu favor;
que me escuche tu gran bondad,
que tu fidelidad me ayude.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu gracia;
por tu gran compasión, vuélvete hacia mi. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Yo soy un pobre malherido;
Dios mío, tu salvación me levante.
Alabaré el nombre de Dios con cantos,
proclamaré su grandeza con acción de gracias. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Miradlo, los humildes, y alegraos,
buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escucha a sus pobres,
no desprecia a sus cautivos. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Dios salvará a Sión,
reconstruirá las ciudades de Judá.
La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. R.

R. Humildes, buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.

Salmo: Sal 5, 2-3. 5-6. 7
R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío. R.

R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.

R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. R.

R. Atiende a mis gemidos, Señor.

Aleluya Sal 118, 105
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero. R.

Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

El cielo proclama tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en la asamblea de los santos.
¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?
¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:
caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo. R.

R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.

Aleluya 1Cor 1, 23a. 24b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Nosotros predicamos a Cristo crucificado,
fuerza de Dios y sabiduría de Dios. R.

Sal 50, 3-4. 5-6ab. 12-13. 14 y 17
R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.

R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R.

R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Oh Dios, crea en mi un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.

R. Misericordia, Señor: hemos pecado.

Salmo: Sal 95, 1-2a. 2b-3. 4-5
R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre. R.

R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R.

R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles no son nada,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R.

R. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.

Salmo: Sal 117, 2-4. 22-24. 25-27a – Aleluya Jn 20, 29

Salmo: Sal 117, 2-4. 22-24. 25-27a R. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los que temen al Señor: eterna es su misericordia. R. R. Dad gracias al Señor porque es… Seguir leyendo Salmo: Sal 117, 2-4. 22-24. 25-27a – Aleluya Jn 20, 29

Sal 22, 1b-3a. 3b-4. 5. 6
R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas. R.

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Preparas una mesa ante mi,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa. R.

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término. R.

R. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9

Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 R. El Señor es clemente y misericordioso. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza. R. R. El Señor es clemente y misericordioso. Una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta… Seguir leyendo Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9